La
Dama Boba (Manuel
Iborra, 2006) es uno de
los tantísimos descubrimientos que le debo a la Biblioteca Pública
de mi localidad. Aunque es bastante reciente, se basa en un texto
escrito por Don Lope de
Vega (1562-1635) en el
año 1613
de nuestro Señor, algo que es de suma importancia a la hora de
valorarla y, todavía más, de disfrutarla.
El
filme comienza en casa de una tal Señora Octavia, que vive en
compañía de sus dos hijas. La primera de ellas, Nise, que
despierta vivas pasiones entre el sexo masculino, es una señorita
culta e inteligente, que incluso llega a ser calificada de pedante
por su progenitora y a la que veremos habitualmente con libros entre
las manos. Por contra, su hermana Finea es su reflejo
contrario, siendo la muchacha en exceso inocentona, estúpida,
testaruda y analfabeta a la que alude el título.
Entre
los pretendientes de ambas, Laurencio y Liseo, se
establece otro juego de espejos similar al que las define a ellas. El
uno es bastante viril y tremendamente atractivo en su
sinvergüencería, en tanto que el refinamiento del otro alcanza un
estatus de amaneramiento ridículo. Esta contraposición se hace
notar en los duelos, donde el último resulta un auténtico inútil;
Octavia misma llega a mostrar más dignidad con la espada en mano.
Laurencio, pobretón y perseguido, comienza a cortejar a Nise, pero
decide trocar el objetivo de sus atenciones románticas por Finea con
motivo de la mayor dote que recibiría de ella. Liseo realiza el
camino inverso: entra en casa de Octavia como prometido oficial de la
boba, pero ésta le repele con sus boberías al tiempo que empieza a
sentirse embelesado por la otra, que casa mejor con sus finuras y
gustos.
El
primer encuentro entre los dos deriva en conflicto al creerse
enfrentados por una causa y una mujer en común. El malentendido se
resuelve cuando descubren sus verdaderas intenciones, pasando de ser
fieros enemigos a compartir risas y confabulaciones. Sin embargo,
esta alianza es débil, dada la naturaleza voluble, mezquina y
traicionera que comparten. Además, deberán afrontar un doble
escollo en Nise y Octavia. La última sólo quiere salvaguardar el
honor de su familia y la palabra dada; la primera todavía sigue
perdidamente enamorada de Laurencio, por lo que no dudará en
exigirle a Finea que lo abandone, así como en desdeñar los
ofrecimientos de Liseo. Los torpísimos intentos de la boba por
desenamorarse de quien por fin había conseguido seducirla sólo
empeoran la situación y provocan renovadas iras en su hermana y en
su madre.
Póster de la película. |
El amorío entre Finea y Laurencio tiene su reflejo caricaturesco en el que viven a la vez sus respectivos criados, una Clara tan tonta como su ama y un Pedro todavía más pobretón y hambriento que su señor, con el que comparte su carácter interesado. “Amé porque tú amabas y olvidaré porque tú olvidas”, llega a expresar la lacaya. Este uso por parte de los sirvientes era muy habitual en las comedias de Lope; sin embargo, en este caso en concreto, al ser los romances de los señores ya de por sí bastante exagerados, tampoco tiene la importancia de otras obras suyas.
En
los anteriores párrafos se han descrito algunos ejemplos del
dualismo que se repite constantemente en el largometraje. Dualismos
donde se juega a menudo con los opuestos y que giran sobre sí
mismos, tornando las situaciones en los peores momentos. En otros
casos, parece responder a una simple necesidad teatral de dotar de
réplica a cada personaje. Así pues, Octavia decide sobre sus hijas
en compañía de su amiga Gerarda a la vez que Laurencio y Pedro
cuentan con dos aliados en el Poeta Duardo,
intelectualmente afín a Nise, y en su amigo Feniso;
ambos jugarán un papel sorprendente, aunque anecdótico, en el
desenlace. Incluso son dos los instructores que se dejan ver en la
cinta: el de letras y el de danzas, en sendos y divertidos cameos
de Antonio Resines
y Paco León.
Lope en 'persona' (es un decir). |
El propio Lope era un hombre dual, en tanto que era profundamente religioso y un mujeriego empedernido a un mismo tiempo, hasta el punto de que llegó a ser ordenado sacerdote sin dejar de lado sus escarceos. Llegó a tener esposas, amantes e hijos, tanto legítimos como ilegítimos, en gran cantidad. De hecho, escribió La Dama Boba para una de sus amantes, la actriz Jerónima de Burgos, que dio vida a Nise. Así pues, es más que posible que en el libreto, producido en su momento de mayor madurez creativa, refleje su concepción del amor: un amor ligado indisolublemente a los celos, que son motor fundamental de la trama, con todos sus giros. El amor de Lope también es dual como él mismo: se entiende en términos carnales pero, también, como experiencia espiritual. De hecho, uno de los ejes centrales de la narración es la virtuosa metamorfosis que vive Finea en carnes propias a consecuencia de ello, cual Patito Feo, aunque ella asegure inicialmente ser la misma de siempre.
Este
último punto enlaza con otra de las cuestiones a tratar: la
determinación por parte de las dos protagonistas a decidir sobre su
propio destino, especialmente aguda en la Finea transformada. Por lo
menos, en cuanto al apartado amoroso se refiere, aunque de este
derive luego todo el porvenir que puedan tener luego. Hubiera sido un
acierto, por lo tanto, que Octavia y Gerarda siguieran siendo varones
como en el original (Octavio
y Miseno),
dado que ellos representan una voluntad y un punto de vista
tradicionales, paternales y, por tanto, machistas, que son los que
las dos hermanas transgreden. Sin embargo, a pesar de ello, ni
Octavio/a ni Gerarda/Miseno son autoritarias, si no que ambas llegan
a mostrarse comprensivas pese a sus creencias. Esto se deja notar en
un desenlace que por no traicionar el espíritu jocoso del resto,
resulta un tanto descafeinado.
Hablamos,
por tanto, de una obra muy adelantada a su tiempo, que alaba el valor
y la inteligencia de las mujeres y su derecho a escoger en el amor en
igualdad de condiciones a los hombres. Ya en las aficiones doctas de
Nise se intuye un elogio al atractivo de la mujer no en su sumisión
al hombre si no, precisamente al contrario, en su equidad con él;
algo que habla mucho y muy bien de Lope como amante. Sin embargo, no
deja de ser un 'feminismo' muy primitivo, que en absoluto pretendió
mutar el débil rol de la mujer en aquella sociedad si no que sirvió,
incluso, para confirmarlo. También se encuentra encorsetado por las
necesidades y premisas de la historia: a fin de cuentas, no dejan de
ser seducidas por dos sujetos de ética reprobable, que las
traicionan constantemente y que difícilmente las quieren de manera
completa o sincera. En cierto modo, cuando Finea renace, lo hace como
reflejo de un Laurencio en quien imita en argucias; de ahí,
seguramente, cierta mirada como de reconocimiento por parte del varón
en el momento en el que ella decide fingirse nuevamente mentecata.
Coronado y Abascal como Laurencio y Finea. |
Ciñéndonos
a esta representación moderna, destacan Robertos San Martín y
José Coronado, que
lo bordan como como los dos galantes. Particularmente este último,
de quien no me esperaba (la verdad sea dicha) tanta eficiencia.
Ayudan mucho sus pintas a lo Jack Sparrow
(el de la saga Piratas del Caribe,
sí); y es que otros de los aspectos a elogiar, más allá del
trabajo actoral, es la impresionante labor de vestuario y
localizaciones. Es digno de comentar que cuando Liseo consigue
'rematar la faena' con Nise imite los ropajes de su rival, sólo que
con un tono de luto ante la tragedia amenazada por Octavia si
persistía en su empeño.
No
sólo los mencionados: en general, las actuaciones están bastante
bien trabajadas, más allá de ciertas afectaciones que no hubieran
sido inadecuadas en un auténtico escenario teatral pero que restan
credibilidad a quienes caen en ellas en este medio. En esa afectación
cae ocasionalmente una Macarena Gómez que,
por lo demás, resulta idónea como Nise; y es que la cordobesa es
capaz de despertar mucho morbo aun sin ser realmente una beldad según
los cánones frecuentes. Y siempre es un placer ver a Verónica
Forqué, que transmite a la
perfección la crispada frustración que siente su Octavia en no
pocos momentos. Es su marido quien dirige la producción, dicho sea
de paso. Sin embargo, por encima de los demás destaca una espléndida
Silvia Abascal, que
resulta adorable en extremo como Boba y que va ganando en elegancia
y, sobretodo, en belleza conforme transcurre la historia y gana en
inteligencia.
La susodicha Señorita Gómez... |
Nunca
me ha gustado la expresión 'de
época'; siempre hace
que me pregunte: “¿de qué época concreta?” Pero creo que todos
nos entendemos en su uso. Y resulta muy valiente haberse atrevido
(sin la popularidad de un Don Arturo Pérez-Reverte)
a un film español de este calificativo. Más todavía respetando el
lenguaje del manuscrito en el que se asienta, de una gran belleza en
base a su gran musicalidad, pero ciertamente inaccesible: los más
duros de mollera (como un servidor, sin ir más lejos) deberán de
verla más de una vez para captar muchos de los matices. Duele pensar
que estas rimas estaban dirigidas a las clases más bajas: en un
pasaje omitido en el metraje, Lope critica la poesía ocultista
practicada por otros artistas.
Es
evidente que los gustos y el sentido del humor han evolucionado mucho
en estos últimos cuatro siglos, y que mucho de lo que en su momento
debió de ser hilarante hoy día únicamente nos provoca una sonrisa.
Sin embargo, con esa sonrisa basta para gozar con una historia sin
pretensiones pero ágil e inteligente; con la belleza de sus
parlamentos que elevan el placer sensorial del visionado; con esa
recreación tan fantástica y meritoria del Siglo de Oro español. No
voy a mentir: la película no pasa de entretenida, pero hay
entretenimientos y entretenimientos; puestos a elegir, este es uno
más que digno.
(Además, a ver si así aprendéis a ligar como Dios manda, leñe... ¿Dónde quedaron frases tan bonitas como eso de que "el amor, con amor se paga"?)
P.D.: No he incluido más imágenes de las películas por no encontrarlas con la calidad que consideraba adecuada; espero que me sepan disculpar.
(Además, a ver si así aprendéis a ligar como Dios manda, leñe... ¿Dónde quedaron frases tan bonitas como eso de que "el amor, con amor se paga"?)
P.D.: No he incluido más imágenes de las películas por no encontrarlas con la calidad que consideraba adecuada; espero que me sepan disculpar.
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